15.2.16

REALIZACIÓN PERSONAL A TRAVÉS DEL AMOR ROMÁNTICO

Hemos visto cómo funciona nuestro cerebro cuando nos enamoramos. También hemos repasado qué mitos culturales persisten en nuestras mentes acerca del amor. Ambos contextos nos llevan a creer en él a ciegas, a soñar con él, a sentirnos incompletas si no lo tenemos o lo que poseemos no nos funciona bien. Nos empujan a entregarnos a la causa, aunque esta resulte tóxica, indiferente, absorbente, intolerable. ¿Y todo por qué? Porque biológicamente estamos destinadas a ser seres amadores y culturalmente, a sacrificarnos por amor. A la pareja y a la familia. Te hablo desde la perspectiva femenina, la que mejor conozco. Las mujeres tendemos a basar nuestra realización personal en el amor romántico y, posteriormente, en nuestra descendencia.
Ahora entiendo bien el por qué de muchos de los problemas amorosos que me han surgido hasta ahora y que tanto me habían alejado del camino a la felicidad. He tenido toda mi vida un pensamiento inconsciente acampando en mi cabeza, y llevándome a situaciones de sufrimiento innecesarias: mi objetivo o mi realización en la vida sólo se produciría a través del amor romántico y del cuidado de mi propia familia. Esta idea me ha bastado para justificar cualquier sacrificio que pudiera hacer. Soy una persona con carrera, estudiada y leída, con buena cultura cinematográfica, y me acabo de dar cuenta, a mis 35 años, de que tenía una idea totalmente distorsionada e ingenua del amor. No hay mejor escuela que la vida, ¿verdad?
Mi amiga Flavia comentaba la semana pasada en el blog que cuando luchamos por una relación que nos hace mal, lo hacemos por la relación en sí, no por la persona. Y que detrás de todo esto está la falta de amor propio. ¡Y tiene toda la razón! Yo añadiría, además, que amor propio de mujer, de nuestro género en sí. Porque a la mayoría nos han bombardeado con la filosofía del sacrificio y de la entrega a los demás, a costa nuestra, desde pequeñas y desde todos los flancos.


Ahora veo con claridad que mi realización personal no va por ahí. Lo sé, lo tengo comprobado. ¡Estoy entusiasmada con el descubrimiento! Había leído y escuchado montones de veces la tendencia que tenemos las mujeres a creer en esa idea del sacrificio. Me era fácil comprender la injusticia, pero no es igual que te lo cuenten, a descubrirlo por una misma y en sí misma.
Decía Buda, “el dolor es inevitable, el sufrimiento opcional”. Pues ahí es adonde voy. No pienso sufrir más por amor (siento chispazos eléctricos entre mis nuevas conexiones neuronales ;). Paso del amor loco, del enamoramiento eterno, del amor para toda la vida, del amor incondicional y de mi media naranja. Nada de eso me va a traer felicidad, lo sé, lo tengo comprobado. Prefiero un "amor democrático", como dice Walter Riso. Yo lo voy a llamar un MINDFUL LOVE (ya sabes que me va el mindfulness) : un amor visto con conciencia plena, sin ideas irracionales. Con dos asientos a la misma altura, para tratarnos como a iguales, poder negociar pactos, cultivar la reciprocidad, hacernos la vida más fácil y enriquecernos mutuamente. Sin juegos de poder, sin desconfianza, sin miedos, sin abusos. Y con mucho cariño y deseo, ¡claro que sí!
Curiosamente, estudiar durante este mes el amor romántico, me ha despertado el interés por el feminismo. Quiero tratar de comprender qué parte de mi pensamiento como mujer occidental es mío y qué parte es acumulación cultural externa, tan asentada, repetida y continuada que casi no la puedo distinguir. Así que ya tengo una nueva lectura pendiente: El segundo sexo de Simone de Beauvoir. ¿Lo has leído alguna vez?
Y hasta aquí el post de hoy. Ya sabes que, si lo deseas, puedes dejar abajo tu comentario. Me encantaría conocer tu opinión sobre todo esto. La semana que viene, continuaremos con nuestra Vida Feliz - Happy Lifestyle. Dejaremos de lado el tema del amor y empezaremos a trabajar sobre el propósito nuclear de la filosofía de este blog. Y este jueves te enseñaré mi última creación, un homenaje handmade al Mindful Love. ¡Estate atenta!
Un abrazo y que pases una semana fabulosa <3

4 comentarios:

  1. Mi historia personal no tiene que ver con la realización a través del amor romántico, sino con ser porfiada. Con llevar la contra. Porque cuando se me mete algo en la cabeza, aunque todo esté en contra, yo tengo que lograrlo. Una muy buena herramienta para muchas cosas en la vida, pero para las relaciones no. Elegí mal, tuve señales por millones, pero yo había tomado una decisión, así es que da lo mismo si me desangraba en la lucha por lo imposible, ahí seguía, aunque fuera autodestructivo. Y claro, la vida es buena escuela y un día dije basta. Y así fue como aprendí otro bello arte: el de multiplicar por cero. Practícalo, es maravilloso. Todo lo que te haga daño o moleste en lo más mínimo, simplemente deséchalo y que te importe un carajo lo que diga el resto. Besos!!!

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  2. De nuevo otra de tus sabiedades Flavia. Recientemente he practicado lo del multiplicar x 0 y me ha sentado de lujo. Me quedo con el título de tu estrategia que creo que voy a seguir poniendo en práctica ;) Un besazo!

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  3. Me alegro que te siva, Rosa. La verdad es un poco complicado, porque a veces hay que multiplicar por cero a la propia mamá (aunque sea por un rato) o a gente muy cercana. Pero tenemos ese derecho. Y no sólo es un derecho, sino una necesidad. Si uno vive a través de las críticas u opiniones ajenas, la vida se transforma en una mierda.

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