1.2.16

AMOR ROMÁNTICO Y FELICIDAD ¿SON COMPATIBLES?

El mes pasado las reflexiones de la sección Vida Feliz - Happy Lifestyle rondaron entorno a algunos asuntos que, bien gestionados, pueden hacernos más felices: una vida más simple, el tiempo y las emociones. Ahora, al entrar en febrero, mi interés va hacia un sólo tema: el AMOR ROMÁNTICO. ¿Lo has vivido alguna vez? ¿Has conocido sus mieles? ¿Y sus hieles? Me estoy refiriendo a perder la cabeza por alguien hasta tal punto que te puede hacer llegar desde la cima más gloriosa a la devastación más absoluta. Me preguntaba cómo podría controlar o al menos manejar mejor ese tsunami que nos arrastra cuando nos enamoramos locamente de alguien. La antropóloga Helen Fisher me dio la respuesta. Ella, junto con una neurocientífica, un psicólogo, una máquina de resonancias magnéticas y algún que otro participante más, ha estudiado qué es verdaderamente, de dónde proviene y cómo actúa el amor romántico.

QUÉ ES EL AMOR ROMÁNTICO


Habitualmente el amor se ha relacionado con el mundo de las emociones, concibiéndose como una de tipo secundaria. Sin embargo, Helen ha podido demostrar que se trata de un IMPULSO, al igual que la sed, el hambre, el instinto maternal o el deseo sexual. Es algo que nos empuja a saciarlo y proviene de nuestra naturaleza más primitiva. Forma, junto con los circuitos cerebrales del deseo sexual y del apego (sensación de calma y seguridad con una pareja a largo plazo), el modus operandi de nuestro instinto de reproducción.

DE DÓNDE PROVIENE EL AMOR ROMÁNTICO


En el amor romántico intervienen varias áreas cerebrales, pero principalmente parte del sistema reptiliano (la región cerebral primitiva) donde se procesa, entre otras cosas, el sistema de gratificación, que es el que se encarga de los impulsos.

CÓMO ACTÚA EL AMOR ROMÁNTICO


Entrando en juego, entre otras, tres sustancias químicas del cerebro. En primer lugar, crece la DOPAMINA, que nos hace permanecer enfocadas hacia algo, motivarnos y perseguir un objetivo. En nuestro caso sustituyamos el objetivo por el ser amado. ¿Te suena eso de pasarte el día pensando en alguien y olvidarte del resto del mundo? Pues viene de aquí. Esto y otros síntomas como el estado de euforia, la energía excesiva, la falta de sueño, la pérdida de apetito, etc. En segundo puesto está la NOREPINEFRINA, otro neurotransmisor cuyo aumento potencia los efectos anteriores. Y por último la SEROTONINA que al disminuir eleva el estado de obsesión, de pensar constantemente en esa persona. De aquí procede eso de que el amor es una adicción, saludable cuando todo va bien y enfermiza cuando no.

AMOR ROMÁNTICO VS. SEXO CASUAL


Podríamos pensar que si el amor romántico nos puede dar plenitud y desgracia a partes iguales, según cómo nos responda nuestro ser amado, es mejor no arriesgarse y optar por algo más “cómodo y sencillo” como el sexo casual. Sin embargo dice Helen que no resulta tan casual. De hecho, un orgasmo produce un pico de dopamina, sustancia que ya sabemos que está relacionada con el amor romántico, y también de oxitocina y vasopresina, asociadas con el apego. ¡No hay quien escape de los brazos de la pasión romántica!


Y si el amor es instintivo, salvaje, el desamor lo es aún más. Cuando nuestra persona seleccionada no nos corresponde o deja de hacerlo, toda la química que ha entrado en juego se dispara a picos récord. Esto es debido a que el sistema de gratificación aumenta su actividad cuando ve que su objetivo se aleja. Para complicarlo aún más, los sistemas cerebrales del amor romántico, deseo sexual y apego no siempre se dan juntos, por una misma persona, dando lugar a atracciones disparejas por diferentes ejemplares de la raza humana. ¡Vaya estrés!

En resumen, luchar contra algo que parte de lo más profundo del cerebro es un sinsentido. Somos animales humanos, no hechos para ser felices, sino para reproducirnos y perpetuar la especie. Admitir que enamorarnos no es controlable y que nos causa o causará un desequilibrio bien grande es aceptar la realidad, y creo que eso ya es positivo. Por su parte, la felicidad ha de ser construida porque biológicamente no estamos programadas para ella. Un gran reto se nos presenta por delante. ¿Te unes a la lucha?

Hasta aquí el post de hoy. Espero que no te haya resultado muy tostón. A mí me parece un tema apasionante y conocer el intríngulis de estos comecocos amorosos que nos montamos a veces, en cierta forma, me ha reconciliado conmigo misma. ¿Te ha servido a ti? ¿Sabías algo de todo esto?

Un abrazo y que pases una semana fabulosa <3


*Toda esta información la he sacado del capítulo 3 del libro Por qué amamos de Helen Fisher y de su charla TED The brain in love.

6 comentarios:

  1. Sí, tenía oído que el amor tiene mucho de componente química y tú me lo acabas de confirmar con tu excelente explicación. Pero yo tengo más que superado ese torrente de sensación eufórica que te invade al principio, después de casi 25 años con mi marido ( un muy largo noviazgo incluído ), y ahora son otras sensaciones, más calmadas pero de las que disfruto igualmente.... y que sea por muchos años más ! Es MI persona, sin dudarlo.

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  2. Uf qué bien, me alegro mucho. Espero que nos cuentes tu secreto algún día. En las próximas semanas trataré de hablar de eso, de qué nos queda cuando pasa el enamoramiento. Esperaré tus sabios comentarios. Un abrazo guapa!

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  3. Wow, que ocupada has estado, tantos posts!!! Bueno, yo también, jajaja prueba de ello es que no había entrado aquí hace rato.

    Mis reflexiones para hoy: cuando el amor romántico nos arrastra hasta hacernos trapo, es porque nos falta amor propio. Una persona debe ser capaz de quererse a sí misma y ser feliz consigo misma, de manera de no pretender que una pareja llegue a aportar lo que le falta a esa persona ni llenar vacíos de ningún tipo. De esa misma manera, cuando las cosas no resultan, volver al estado inicial de plenitud estando con uno mismo, no es tan terrible y así no nos derrumbamos. Obvio que da pena. Pero al menos ya tenemos una buena base y también el querernos a nosotros mismos elimina las expectativas de felicidad sólo si estamos con alguien. Que me parece un traspaso de responsabilidad bastante injusto para el otro.

    Lo dice una que aprendió a ser 100% feliz sola.

    Besos guapa!

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  4. Qué sabia eres Flavia y qué bien te explicas chica. Del amor hacia una misma es de lo que hablaré la semana que viene, es el paso siguiente a todo lo que envuelve a este tema. Las solteras como yo a veces sentimos en el ambiente la presión de tener pareja, ¿no te ha pasado a ti alguna vez? Y te hacen comentarios de mil tipos. Percibo que el amor está mitificado, que yo incluso así lo veía hace tiempo, y que es una visión que no saca lo mejor de la situación. Más bien lo peor. Y si ya lo vemos como una obligación social, es el colmo. Yo también he aprendido a ser feliz sola. De hecho, más feliz que nunca hasta ahora porque he tenido tiempo suficiente para mí, para conocerme a través de mis propios ojos y para quererme como a mí me gusta. Me parece muy acertado lo que dices del traspaso de responsabilidad hacia la pareja. Verdaderamente es injusto y agotador. Pero una táctica muy normalizada, por desgracia.
    Muchas gracias Flavia por tu comentario. Definitivamente, ¿querrías ser consultora de Marie Feliz? ;)
    Un besazo!

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  5. Jjajajajajaja..... y qué implica ser consultora de Marie feliz??? Y claro que acepto, yo feliz! Jajaja... n+otese, estoy aceptando antes de saber qué es!

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  6. Por tus comentarios, Flavia, ya sabemos que has sabido construir tu felicidad, así que eres... UNA MARIE FELIZ! Una de esas personas que saben levantarse y seguir adelante con ganas, ¿a que sí? Es a eso a lo que aspiramos en este blog. Y encima eres tejedora! Qué más se puede pedir? Ya sabes que en nuestro camino hacia la felicidad, el espíritu creativo campa a lo ancho. Resumiendo, ser consultora de Marie Feliz es estar dispuesta a compartir tu sabiduría con nosotras. Me gustaría incluir una sección de entrevistas en el blog, así que estás nominada para ser una de nuestras mujeres inspiradoras. Si aceptas definitivamente, ¿te apetecería? ;D
    Un abrazo!
    Rosa

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