25.5.17

EL ESTILO, ESE GRAN DESCONOCIDO

¡Hola soñadoras! Mientras sigo con los preparativos para el próximo lanzamiento de SUCCU (más info aquí por si no sabes de qué estoy hablando), me gustaría contaros un asuntillo que me ha interesado mucho últimamente.

Y es que llevaba algún tiempo haciéndome ropa, ya conocéis mi historia del armario handmade, cuando me di cuenta de que mucha de ella no me la ponía prácticamente nunca. Me pasó con esto y con esto (camisa Tova, por la tela), por ejemplo. En cambio, otras me las ponía hasta la saciedad porque me sentía súper bien con ellas, como esto o esto (bermudas sobre todo).

Me encanta tejer y coser, pero le encuentro más sentido a pasarme horas haciendo un proyecto cuando, una vez terminado, no lo dejo guardado en un cajón. Sino que me lo pongo y lo disfruto tanto como al hacerlo.

A la vez, empecé a interesarme por todos esos vídeos de YouTube que hablan del Capsule wardrobe, comencé a hacer los ejercicios del Wardrobe Arquitect de Colette y me hice seguidora del fascinante blog de Anuschka Rees.  Con tanto bombo, terminé dándome cuenta de que no tenía un criterio propio y madurado a la hora de elegir qué hacerme, con qué materiales, de qué color, o incluso qué comprarme. Mi único "método" hasta entonces había sido "me gusta" o "no me gusta". Y quería ir más allá.

Libro de Anuschka (un poco de postureo aquí, porque aún no he sido capaz de leérmelo :)

Para formarme un criterio más sólido, me puse a investigar qué diantres es eso de tener estilo. Podría poneros como ejemplos a Nati Abascal o a Isabel Preysler, que son muy reconocidas aquí en España por su elegancia. Pero son demasiado sofisticadas y expertas en moda para mi corto entendimiento.

En cambio, existe un ejemplo mucho más claro de estilo personal: Steve Jobs. ¿Quién no se ha fijado alguna vez que siempre vestía igual, con camiseta negra de cuello alto, vaqueros azules, zapatillas de deporte y gafas a lo Mahatma Gandhi? Tenía su porqué para todo. Incluso para vestir. Una apariencia sencilla y práctica, pero con una historia detrás profunda que hablaba de él (haz clic en la imagen si te interesa conocer parte de esa historia). Y es que detrás del estilo hay una base mucho más compleja de lo que parece. 


El estilo es una exteriorización de tu personalidad, de tus talentos, de tus actitudes, de tus valores. Impregna cómo nos comunicamos, cómo nos relacionamos con los demás. Es una forma de expresar quienes somos sin siquiera tener que articular una palabra. Y no sólo radica en cómo nos vestimos, sino también en cómo nos movemos, hablamos, escribimos, qué sitios frecuentamos... Y ¿cómo podemos tener nuestro propio estilo personal, sentirnos genial con él y ser fácilmente reconocibles? Sólo hay una forma: conociéndonos mejor.

A mí este descubrimiento me pareció tan alucinante, lo tenía todo tan claro de pronto, que quería ponerme manos a la obra lo antes posible. Las ideas se me agolpaban en la cabeza. Hacerme esto, comprarme aquello, rescatar eso otro...

Pero antes que nada tenía que dar un paso ineludible: ordenar mi armario.

Y como ya eso es otra historia y creo que ya está bien de rollazo por hoy, os la cuento la semana que viene, ¿vale?

¿No os pasa eso de haceros cositas con toda la ilusión y no darle uso después? ¿No os resulta frustrante? ¿Qué hacéis vosotras para sobrellevarlo o evitarlo? Si queréis que profundice más en alguna cuestión, no tenéis más que decírmelo.

Un besazo y nos vemos pronto.

2 comentarios:

  1. ay sí... me ha pasado mil veces, y me da muchísima rabia, después del trabajo realizado, no sacarle partido :(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estamos en la misma onda entonces. Gracias por tu comentario! ;)

      Eliminar